La primavera ya ha llegado...

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Pradera florida del Pantano de San Roque, Guareña.

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sábado, 25 de septiembre de 2010

Bicentenario de gala.

Ayer, viernes 24 de septiembre, se vestía de gala San Fernando, la Isla de León, esa ciudad hermana y vecina, tan parecida y, a la vez, tan diferente de su hermana mayor, Cádiz. La ocasión lo merecía puesto que celebraba el bicentenario de las Cortes de Cádiz, que comenzó un día como ese hace ya doscientos años. Era la primera vez que se celebraba una asamblea, sin la intervención del monarca, para constituir leyes. En este caso, se promulgaba la división de poderes, los principios de la soberanía nacional y diferentes derechos, que hoy en día son tónica general en muchos países del mundo, pero en aquella época eran algo absolutamente innovador.
Este fué solo el comienzo, puesto que las Cortes se trasladaron a Cádiz por el avance de las tropas napoleónicas, que tenían conquistadas toda la península ibérica, con la excepción de San Fernando y la capital.
Antes de la visita de los Reyes de España y de los presidentes del congreso y del senado a la Isla, tuvimos ocasión, unos días antes, de visitar la ciudad.
Hacía años que no iba allí y tenía un interés especial, dada la transformación a que se está sometiendo la Isla, especialmente con la peatonalización de la calle Real por el paso del nuevo Tranvía de la Bahía de Cádiz, que unirá Cádiz con Chiclana de la Frontera, pasando por San Fernando, por supuesto.
Me impresionó ver la que, hasta hace unos años, era la arteria principal de la población, con su incesante ir y venir de personas y vehículos, transitando de un lado a otro, centro de los negocios y servicios, pero esta vez vacía de coches y más ancha de lo que solía parecer cuando tenía aceras y carretera.

Será un alivio para el conjunto de la Bahía de Cádiz el disponer de un medio de transportes limpio y alternativo al tren y al autobús, que dé más facilidades a los habitantes para poder trasladarse, sea por motivos laborales, personales o de ocio, sin tener que usar el automóvil, evitando las congestiones, atascos de tráfico y contaminación medioambiental.
La obra aún no está terminada, sobre todo en el último tramo, desde la Capitanía marítima hasta la Venta de Vargas, por lo que la Isla conserva todavía los andamios y restos de obra. Quedan años de limpieza de aspecto pero va despertándose y va camino de convertirse en una ciudad bella, histórica aún más si cabe y cultural. En cuanto los últimos reductos militares pasen manos civiles, la Isla dispondrá de un patrimonio arquitectónico y monumental mayor. Ejemplo de esto es el mencionado edificio de la Capitanía marítima, de uso militar, que dispone de un jardín trasero, hermoso, en plena ciudad, ávido de ser descubierto por l@s cañaillas y tod@s l@s que quieran visitarlo...entre ell@s, yo.
Esperamos que San Fernando sea, por lo menos para los ciudadan@s de la Bahia de Cádiz, algo más que el Bahía Sur, el centro comercial por excelencia, y que las gentes miren a esta población como un referente de ciudad cultural y monumental, sabiendo valorar y apreciar su belleza escondidad y su importancia historíca.
Aún nos queda otra segunda visita, esta vez a los edificios militares, tales como el Panteón de Marinos ilustres, el Museo Naval y el Observatorio de Marina, y el jardín botánico, el tercero que hay en la provincia de Cádiz, junto a los de Alcalá de los Gazules y El Bosque, para completar nuestro recorrido por San Fernando y cerrar así el turno de visitas que hemos realizado a todas las ciudades de nuestra Bahía de Cádiz, visistas que, sin duda, se repetiran en otras ocasiones.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Después del estío.....

Ya hace varias semanas que acabaron las vacaciones veraniegas y nos hemos incorporados a nuestros respectivos trabajos o colegio. Adiós al tiempo libre, las siestas diarias, los viajes en coche y las reservas de hoteles o casas rurales.
Han sido muchos días en Extremadura, visitando sus pueblos y ciudades, paseando por sus campos, aguantando el calor estival, a veces insoportable, fotografiando todo lo bello que nos ofrecía: Casas palacios, iglesias monumentales, fuentes renacentistas, paisajes hermoso, castillos medievales..
Todo ha sido grabado no solo en nuestras cámaras sino, sobre todo, en nuestras mentes y espirítus, guardándose como recuerdos gratos y felices y aumentando nuestra visión de la vida, la naturaleza y Extremadura.
El regreso a la rutina diaria, monótona y fría, se mitiga con el anhelo de unas futuras excursiones, aunque sean cerca de Cádiz y con la ensoñación de lo que se podría haber hecho pero no pudo ser. El otoño nos aguarda con varias visitas en perspectiva: Tarifa, Algeciras, Ubrique....Aunque también hubo tiempo para disfrutar de la naturaleza de la Sierra de Grazalema en el verano que está a punto de finalizar. Sorpresas como el pueblo de Bornos, por ejemplo, son de agradecer, algo de belleza monumental, mezclado con un jardín único y una galería más propia de Italia.

Siempre nos queda el consuelo de que hay aún mucho que ver y disfrutar tanto en Andalucía como en las tierras extremeñas, y numerosos puentes y días festivos nos aguardan, esperamos que ni con demasiado calor ni tampoco con impertinentes lluvias que agüen, nunca mejor dicho, nuestros planes. Es un momento ideal para sumergirse en la naturaleza, alternando con historia y cultura, y darle alimento al alma, que no vive sino de recuerdos, sentimientos, sueños y esperanzas.