La primavera ya ha llegado...

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Pradera florida del Pantano de San Roque, Guareña.

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domingo, 3 de abril de 2011

Conciencia amimal

Desde hace unos años, no consumimos huevos de gallinas que se encuentran acinadas en jaulas sin salida al exterior, y tan juntas que se desfiguran los ojos, el pico y la cresta entre ellas, debido al estrés que sufren.
Esto se puede saber por la numeración que aparece en cada huevo y cuyo significado explico a continuación:
Desde enero de 2004 los huevos que se comercializan en tiendas llevan unos códigos escritos en la cáscara. Habitualmente se encuentra la fecha de caducidad, un código fácilmente comprensible. Pero hay otro código alfanumérico que no se ha explicado, y que puede ayudarnos, y mucho, a decidir qué huevos queremos consumir. Aunque no tengamos mucha confianza con nuestro buen comportamiento cotidiano, la realidad es que nuestras elecciones diarias sí que pueden tener efectos beneficiosos o que contribuyan al cambio en nuestra sociedad, pero para eso evidentemente hay que estar informado. Esperamos aclarar algunas dudas y animaros en el caso de los huevos a una compra más responsable, ética y justa.
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El código que llevan impreso los huevos puede ser determinante en la compra.
- El 1r número, nos indica el tipo de granja donde se encuentra la gallina.
Seguramente es el número más importante a observar cuando sabemos qué comporta la diferencia de cada lugar. Los números van del 0 al 3.
0. Producción ecológica
En este tipo de granjas las gallinas se mueven libremente en espacios interiores y exteriores. En el exterior por lo menos cada gallina dispone de 4 m2. Además el 80% de su alimentación procede de piensos ecológicos y se limita el uso de medicamentos y antibióticos.
1. Gallina campera
Como las gallinas ecológicas, tienen libertad de espacio, luz solar, respeto a su ritmo vital, aunque no se garantiza la alimentación ecológica y el cuidado tan estricto en la medicación.
2. Suelo
Estas gallinas viven en naves densamente pobladas, de hasta doce gallinas por m2. En épocas de calor muchas mueren por asfixia. Nunca salen al exterior y no tienen mucho espacio para moverse. Por la acumulación de heces y amoníaco es fácil que desarrollen enfermedades, a parte de contribuir a aumentar el efecto invernadero del planeta.
3. Jaula
La vida de estas gallinas es una tortura. Viven en jaulas hacinadas en un espacio de 600 cm2, menos que un folio. No ven la luz del sol, a menudo viven siempre con luz artificial para aumentar la producción de huevos. Los alambres de las jaulas les producen malformaciones y heridas en las patas, y se les corta el pico para que con el estrés no se agredan las unas a las otras, una operación dolorosa por las terminaciones nerviosas que se encuentran en el pico. En algunos casos, si la productividad baja, se provoca una “muda forzada”, dejando a las gallinas a oscuras sin comer ni beber durante unos días para que cambien las plumas y pierdan peso para empezar un nuevo ciclo y alargar su productividad. Cerca del 70-80% de las gallinas ponedoras del mundo se crían de esta forma.
Con toda esta información, que no sale a la luz en pos del mercado y el capitalismo que no tiene miramientos ni por la salud de las aves ni por la propia salud de los consumidires, os recomendamos fervorosamente que evitéis la compra de huevos de aves de jaula. Así estaréis contribuyendo no solamente con el bienestar de estos animales sino, sobre todo, con la salud, ya que un ave que vive sin estrés y en condición de libertad produce huevos de mejor calidad y más sanas para el consumidor, asñi como menos contaminación medioambiental.