Aprovechando el puente del 6 y 8 de diciembre decidimos ir a visitar a mi hermana y cuñado en la preciosa ciudad de Teruel. Ya he hablado de ella, de los Amantes de Teruel, pero no he mencionado que el Arte Múdejar, una de las señas de identidad de la ciudad, es Patrimonio de la Humanidad.
La Catedral de Santa María de Mediavilla, con su techumbre artesonada, la torre y el cimborrio; la Torre e iglesia de San Pedro, que alberga, ésta última, el mausoleo de los archiconocidos Amantes de Teruel, Diego e Isabel; la Torre de San Martín y su hermana, la Torre del Salvador, ésta visitable y junto a la iglesia del mismo nombre. Estos edificios constan de una belleza única e incomparable, que les ha merecido ser considerados un tesoro artístico a conservar. Existe otro templo, del mismo éstilo, que, aunque no está catalogado como Patrimonio de la Humanidad, comparte la belleza de sus semejantes. Se trata de la Iglesia de la Merced, en concreto su torre campanario también forma parte del conjunto Mudéjar.
A partir de aquí el estilo se repite en siglos sucesivos, creando el Neomúdejar, que imita, sobre todo, la forma y los colores del original, especialmente el artesonado, la piedra y la cerámica tan característica, la cual se integra perféctamente en la arquitectura. Ejemplos a destacar son la Escalinata de la Estación, que conduce la parte baja con el Paseo del óvalo, en el centro histórico de la población, o el Archivo Histórico Provincial o Escuelas del Arrabal, situado en el límite del barrio del mismo nombre con los restos de murallas que rodeaban la parte antigua de Teruel.
Pero no solamente el Múdejar y su posterior recreación dominan la ciudad. Un discípulo del arquitecto catalán Antonio Gaudí, Pablo Monguió, llevó el Modernismo fuera de las fronteras catalanas y se estableció en la capital turolense para crear edificios tan hermosos como la Casas Ferrán, la Madrileña y el Torico. Está tan integrado este estílo artístico en Teruel, que algunas de estas obras son símbolos de la ciudad, conviviendo con el Mudéjar con un resultado armonioso.
Las comunicaciones con la ciudad no son buenas y las opciones de llegar por tren o autobuses quedan descartadas si el origen del viaje no es Valencia, Zaragoza o Madrid, así que, a pesar de la lejanía y la duración, es recomendable el traslado en autómovil. Aún así no dejéis de visitar Teruel, pués su encanto, belleza y fisonomía dejará cautivo al viajero.
sábado, 11 de diciembre de 2010
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